Con 51 años de trayectoria académica en la UNAM, la doctora María del Carmen Juárez Gutiérrez ha recorrido el país y otros territorios, ha compartido enseñanzas y contribuido en la formación de generaciones de geógrafas y geógrafos. Y ha compaginado su actividad como investigadora en el Departamento de Geografía Social del Instituto de Geografía (IGg) en el campo de la geografía humana.
En su cubículo los libros y documentos apilados en su librero forman parte de su archivero personal –en entrevista–, la maestra y doctora en Geografía por la UNAM señala que ser geógrafa ha sido un reto. Su gusto por esta disciplina surgió de manera genuina en la secundaria mientras dibujaba mapas que les dejaba como tarea su profesora de Geografía, quien hacía énfasis en que no debían calcarlos sino realizarlos por su cuenta. "Y eso me gustaba".
Una vez que ingresó como estudiante a la Escuela Nacional Preparatoria Plantel 5 “José Vasconcelos”, disfrutaba las clases de su profesora Teresa Ayllón Torres –quien también era docente de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL)–, en un recorrido de anécdotas de viajes en los que sin darse cuenta aprendían de geografía porque a través de sus relatos explicaba conceptos. Y “eso a mí me encantó”. En alguna ocasión les habló sobre vulcanismo y el viaje que la profesora había realizado a Pompeya, Italia, les platicó “cómo era el vulcanismo en ese lugar, las leyendas que le contaban y parecía que uno viajaba con ella a Pompeya porque ejemplificaba la parte teórica”.
Cuando llegó el momento de elegir qué carrera estudiar estaba indecisa porque le interesaban: Geografía y Derecho. En ese tiempo no había equipos de cómputo que facilitaran estos trámites, en el patio de la preparatoria se disponían mesas donde se colocaban cuadernos con las licenciaturas que impartía la UNAM –uno por cada carrera–. Y los alumnos se anotaban en la libreta que correspondía a licenciatura de su preferencia, ante la incertidumbre de que no se perdieran. Al final la investigadora decidió por Geografía.
Su vida universitaria (1969-1973) transcurrió en la emblemática FFyL junto a un aproximado de 30 estudiantes que conformaron su generación, entre ellos Oralia Oropeza Orozco y Luis Chías Becerril, que después se convirtieron en sus colegas en el IGg. Con cariño recuerda esa etapa de su vida, entre las clases teóricas que se intercalaban con prácticas de campo de geomorfología, geología y de otras materias, salidas que fomentaron la unión entre compañeros. Y aprendieron de geografía en el campo, caminando el territorio.
Tuvo la oportunidad de tomar clases con el doctor Jorge A. Vivó, un referente en el Colegio de Geografía de la FFyL, que forjó la consolidación de esta licenciatura en la UNAM. Otra de sus profesoras fue la doctora María Teresa Gutiérrez Vázquez, que en ese momento era directora del IGg, e impartía la materia de geografía urbana. Un día al llegar al salón de clases les dijo que necesitaba a tres personas para colaborar en un proyecto que tenía el Instituto sobre mapas de distribución de la población de Chihuahua, a nivel de localidad.
Ese proyecto fue el primer acercamiento de la doctora María del Carmen Juárez con el IGg. Ella y sus compañeras trabajaron durante tres meses en la elaboración de estos mapas que incluían información sobre el tamaño de las localidades, la cantidad de habitantes y el número de escuelas.
Tiempo después por encargo del doctor Jorge A. Vivó realizó un trabajo sobre la educación en el norte del país que se presentó en un congreso celebrado en Saltillo, Coahuila, la finalidad de esta investigación era presentar las características de la educación y la utilidad de la geografía, ya que en esos años existían algunos cuestionamientos sobre la aplicación de esta disciplina.
Dra. María del Carmen Juárez Gutiérrez / Foto: Jessica Guzmán
Travesías en la investigación
Su vida académica en la UNAM inició en 1973 cuando se integró al IGg como ayudante de investigador en el Departamento de Geografía Social, colaborando con la doctora Silvana Levi en un proyecto sobre el Valle del Mezquital, el cual adoptó como su tema de tesis de licenciatura. Después colaboró con la doctora Aurea Commons en un trabajo sobre la división política administrativa y la evolución de todas las entidades del país desde 1895 a 1970. A ella le asignaron el estado de Oaxaca, desde ahí guarda un aprecio especial por esta entidad y afirma: “algunas veces siento que nací en Oaxaca por otras cosas personales que me han sucedido”.
Este proyecto consistió en la búsqueda y recolección de datos de los censos antiguos en las bibliotecas –porque todavía no existía el INEGI–, y averiguar dónde se formaban los nuevos municipios, rastreando información de los periódicos y de quien escribiera sobre la geografía del lugar. Y aunque actualmente Oaxaca es el estado con el mayor número de municipios con 570, la investigadora recuerda que, en 1910 esta entidad contaba con mil municipios.
Después en 1975 enfocó su investigación en la población hablante de lengua indígena de México. Este tema era de interés para el entonces presidente Luis Echeverría, quien encargó un proyecto a la UNAM enfocado en esta área. A los académicos del IGg les correspondió elaborar los mapas de distribución, cuando se hizo la asignación de las entidades, por suerte o destino, a la doctora Juárez Gutiérrez le tocó Oaxaca. Fue un proyecto nacional e institucional pionero en el país, se retomó la información de la Secretaría de Comercio sobre los censos de 1970 de los grupos indígenas a nivel de localidad, con la encomienda de poner atención en los que decían “lengua insuficientemente especificada”.
Las doctoras María del Carmen Juárez y Consuelo Gómez recorrieron la mayor parte del territorio oaxaqueño y visitaron las localidades para cotejar qué lenguas se hablaban, sus principales fuentes de información fueron las autoridades de los centros coordinadores, los encargados de centros de salud y los profesores. Con esta investigación obtuvo el grado de maestra en Geografía.
Fue un arduo trabajo que “hicimos a rodilla tendida con pantógrafo, nosotros marcando los municipios. Los de INEGI se llevaron nuestra cartografía…para consultarla”, señala.
Dra. María del Carmen Juárez y Dra. María Teresa Gutiérrez Foto: cortesía Dr. Enrique Propin
Foto: archivo IGg
Análisis del territorio
En el doctorado, María del Carmen Juárez tenía la intención de seguir con el tema de población indígena. Sin embargo, descubrió otra área de interés cuando Enrique Propin Frejomil, investigador de origen cubano –que participó en la realización del atlas de Cuba y después se incorporó como académico del IGg– introdujo un tema que hasta ese momento no se había incluido en el Instituto: la asimilación económica.
En 1993 la Secretaría de Marina estaba interesada en datos sobre la población de los municipios costeros del país, organizaron “un seminario en el Museo de Antropología que le llamaban la parte humana de las costas, para ver cuántos temas sociales aparecían y nunca hubo un tema social, todo fue físico, la población seguía volando”. Ante esta falta de información, el doctor Enrique Propin –su colega y amigo– la animó a desarrollar esta línea de investigación en su doctorado.
La universitaria, relata, en 1970 en el país inició el proyecto de desarrollo turístico con las ciudades costeras de Cancún (Quintana Roo), Huatulco (Oaxaca) Ixtapa Zihuatanejo, (Guerrero) y Loreto (Baja California Sur). Y el objetivo de su trabajo era conocer si en la década de los noventa había algún incremento en este sector, y revisar en cada municipio costero cuáles tenían mayor importancia económica.
“La ubicación de México es fabulosa… a mitad de latitudes hacia Europa y Asia”. La zona costera mexicana ha adquirido relevancia debido a sus puertos internacionales que permiten el desarrollo de diversas actividades (turísticas, portuarias e industriales), que favorecen la dinámica comercial y de comunicación aprovechando la posición geográfica del país.
La dinámica actual en la zona costera, explica, presenta una combinación de actividades “agrícolas y terciarias por el comercio principalmente, no por el turismo”, pero siguen predominando las actividades agrícolas. Y en el caso de algunas ciudades se han modificado los flujos de sus aeropuertos, como ocurre en Cancún "que recibe más extranjeros que el de la Ciudad de México", ya sea porque van a ese destino o lo utilizan como conexión para viajar a otros países.
El estudio de la población ha sido otro tema de interés de la investigadora, quien señala que, si bien el país ya está en un proceso de envejecimiento y el 14% de la población tiene más de 60 años, todavía no es comparable con la situación que enfrentan las naciones europeas. Sin embargo, enfatiza, es importante revisar la estructura de la población para la implementación de programas que atiendan las necesidades en sectores como salud, educación y empleo, de acuerdo a su edad.
En su análisis del espacio geográfico, la investigadora incursionó en el estudio de la migración interna enfocada en la población indígena que sale de sus lugares de origen hacia otras ciudades del país, un proceso que inició en la década de los sesentas. A la fecha continúa esa dinámica migratoria de los grupos indígenas, siendo los mixtecos la comunidad con mayor presencia y con la migración más antigua. "Han migrado para prestar sus brazos" y trabajar en la agricultura. La experta recuerda que en alguna salida de campo a Oaxaca le tocó ver cuando "llegaban los autobuses a los jardines de las localidades para llevárselos a Sonora y Sinaloa, viajaban seis meses y regresaban". Otro de los estados que tenían como destino para el trabajo agrícola era Baja California, asentándose en municipios como Ensenada y San Quintín. Mientras que el segundo grupo indígena con mayor migración son los tarascos.
Geografía de la salud
La doctora María del Carmen Juárez es un referente de la geografía regional mexicana que ha impulsado temas de investigación como distribución de la población, migración, asimilación económica del territorio, zonas costeras, así como la realización de cartografía temática. Y en los últimos años su actividad estuvo centrada en la geografía de la salud, el estudio de la asociación que existe entre la epidemiología (causas de mortalidad o morbilidad) y la geografía para ver su distribución en el territorio (factores físicos, sociales y económicos).
Rememora que los orígenes se remontan al médico de la antigua Grecia, Hipócrates, quien se interesó por la relación entre la salud y las condiciones ambientales. La académica relata que, entre los siglos XVII y XIX los médicos realizaron estudios sobre las enfermedades y las condiciones físicas, que dieron lugar a las llamadas topografías médicas.
En el siglo XVIII en la medicina surge la corriente higienista dedicada a investigar el ambiente y el medio social. Y destaca la labor del médico español Domingo Orvañanos, que se encargó de proporcionar cuestionarios a los médicos del país para recopilar información sobre las enfermedades que se presentaban en las diferentes regiones. Y es autor de la publicación Ensayo de geografía médica y climatología de la República Mexicana. En el siglo XIX “aparece toda esta corriente bacteriológica y se olvidan de la cuestión higienista”. Hasta que en 1975 el dengue cobra importancia y con ello se retoma la asociación de las enfermedades y las condiciones ambientales.
Dentro del IGg se editó el Atlas de la Salud en México: Bicentenario de la Independencia, Centenario de la Revolución publicado en 2010, un proyecto de la Universidad que involucró la participación de especialistas del IGg y la Facultad de Medicina –la doctora María del Carmen Juárez fue una de las coordinadoras–.
Este atlas representó un reto por la dificultad para obtener la información, “no como ahora que uno entra al sistema”, fue un proceso de dos años que transcurrió entre oficios hasta que finalmente se obtuvieron los datos. Esta obra analiza la situación de la salud en el país desde la época prehispánica y hasta el año 2008, con cartografías que muestran la transición epidemiológica.
La investigadora resalta que, en el caso de México predomina un modelo mixto epidemiológico ya que a la par de la atención de las enfermedades crónico degenerativas, siguen prevaleciendo los padecimientos infecciosos respiratorios e intestinales. Las afecciones del corazón y la diabetes son las principales enfermedades crónico degenerativas en la población mexicana, las cuales se tienen controladas debido a los programas de salud que existen en el país y a la vigilancia epidemiológica.
La maestra de Geografía
En la UNAM la doctora María del Carmen Juárez dedicó gran parte de su tiempo a la enseñanza de la geografía, desde 1977 impartió clases en el Colegio de Geografía de la FFyL y a nivel de posgrado, coadyuvando como mentora y en la formación de profesionales.
Junto a sus colegas Martha Cervantes Ramírez y Álvaro Sánchez Crispín formaron un grupo de trabajo al que los estudiantes llamaban “la trilogía”, que organizaron memorables prácticas de campo de 1995 a 2010. Viajes vía terrestre en los que los alumnos y profesores recorrían –por un aproximado de 20 días– algunas regiones del territorio para hacer un análisis del espacio geográfico de manera directa, salidas que ahora resultan inimaginables porque el reglamento establece límites en kilometraje y número de días.
Durante su trayectoria ha sido acreedora a distinciones como la obtención del primer lugar en el concurso de libros de texto gratuito convocado por la Secretaría de Educación Pública, por la elaboración del texto de Geografía de cuarto grado de primaria (1993). El Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz (2010) y la medalla al mérito geográfico “Benito Juárez” por su trayectoria como docente (2015). Desde 2021 preside la Academia de Geografía de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE), la primera sociedad científica en América Latina y la cuarta a nivel mundial. Y además destaca su participación en la organización de las olimpiadas universitarias del conocimiento, en el área de geografía.
En vísperas de su retiro, la investigadora afirma que la disciplina geográfica está posicionada y tiene un papel fundamental en el estudio del espacio, ya que “la geografía es territorio” y todas las actividades físicas, sociales económicas y políticas ocurren en él.
Foto: cortesía Enrique Salvador Congreso Nacional de Geografía 2023 Foto: cortesía DGCS UNAM